Historia hidrográfica de Barcelona (III)


Después de varios siglos con "pocos cambios", llegó el momento de la mayor revolución urbanística -social y económica- que ha vivido la ciudad de Barcelona: el Plan Cerdà. Los cambios orográficos que originó este plan a mediados del s. XIX han confeccionado la ciudad tal como la conocemos, cambiando notablemente la hidrografía de toda la planicie de Barcelona.

NOTA: este post trata, a grandes rasgos, los cambios que supuso el Plan Cerdà en Barcelona y alrededores, sobre todo desde un punto de vista orográfico, hidrológico e hidráulico. El Plan per se es mucho más complejo, por lo que debe ser descrito en un post a parte.
 
Plano de Barcelona y sus alrededores en 1855 (fuente: www.anycerda.org)


Este periodo lo hemos dividido en dos posts: en el primero introduciremos la problemática; mientras que en el segundo explicaremos algunas de las particularidades que tuvieron que hacer frente para solventar dichos problemas.

¿Por qué tanto cambio?

La razón es muy sencilla, y estaba muy ligada a las epidemias. Barcelona, como otras muchas ciudades del viejo continente y Asia, era una bomba de relojería. En aquella época la Barcelona intramuros albergaba alrededor de 100.000 personas, lo que suponía unos 45.000 habitantes por kilómetro cuadrado. Una cifra casi 3 veces mayor que la actual densidad de la ciudad, situada en alrededor de 16.000 hab/km2.

A principios y mediados del s. XIX el cólera fue la causante de un cambio general del paradigma urbanístico. Los problemas de salud pública tan solo se podrían paliar construyendo ciudades "higiénicas" y funcionales.

Orígenes del Plan Cerdà

Todo el Llano fue, evidentemente, ocupado por tierras de labranza desde la antigüedad. Los torrentes que bajan desde la cercana Serralada de Collserola fueron, muy posiblemente, canalizados o convertidos en caminos-torrente, seguramente para aprovechar la misma infraestructura para poder canalizar las aguas.

Secuencia de imágenes del Llano de Barcelona (fuente: www.anycerda.org)

La idea de ampliar la ciudad topaba con diversos problemas. El primero, y más evidente, eran las murallas, y el foso que se había construido para proteger a la ciudad en una época tan beligerante. En segundo lugar, más pragmático, era cómo y dónde hacer esta ampliación. Y en tercer lugar, cómo revitalizar las barrios intramuros para mejorar las condiciones de de salubridad e higiene, a la par de las condiciones de vida.

El Ayto. de Barcelona lo tenía claro, y por ello convocó un concurso para ver qué proyecto de ensanche se llevaría a cabo. El lugar era evidente, el ensanche tenía que ser ejecutado en el Llano de Barcelona hasta cubrir casi todo su término municipal (original). El nuevo proyecto se extendería desde el "arcaico" casco viejo de la ciudad de Barcelona hasta las localidades limítrofes.

A pesar de que el concurso dio por ganador el proyecto de Antoni Rovira i Trias, se impuso el proyecto de Ildefonso Cerdà. El primero resultaba un proyecto más acorde a los intereses de la burguesía, mientras que Cerdà ejecutó un proyecto que encarado a mejorar las condiciones de vida de todas las clases sociales por igual.

Proyecto original del "Plan Rovira" de 1859.

Si analizamos el proyecto de Cerdà desde una perspectiva más amplia, su ideal de ciudad era particularmente revolucionaria. Calles muy anchas para la época, pensadas para generar unas condiciones higiénicas óptimas y orientadas -inteligentemente- siguiendo la pendiente natural del terreno, desde la montaña hasta el mar, formando una cuadrícula.

Plano original del Plan Cerdà de 1859.

El Plan Cerdà y la hidrografía (a grandes rasgos)

La idea era simple: convertir el Llano de Barcelona en un enjambre de calles. Los campos tenían que desaparecer, pero ¿qué hacer con todos los arroyos que bajaban de los promontorios colindantes?

Esquema de la disposición de campos, caminos y arroyos de la Barcelona pre-Cerdà (fuente: CCCB)

Cerdà era muy consciente de los problemas que sufría la vetusta ciudad, sobre todo en el ámbito hidrográfico. La ordenación de las calles propuesta por Cerdà siguiendo la pendiente del terreno podría reducir, si se ejecutaba convenientemente, los problemas de inundación y estancamiento de aguas negras. En cambio, el "Plan Rovira", que seguía una ordenación afrancesada con una clara tendencia radiocéntrica, muy posiblemente habría ocasionado mayores problemas a la futura ciudad, en especial en el casco antiguo.

El principal escollo fue la Riera d'en Malla, que ocasionaba graves problemas a la ciudad amurallada, pero también los múltiples arroyos que bajaban "descontrolados" desde Collserola, Montjuic y cerros intermedios. Diversas crónicas de la época relatan que el río Besòs (situado en la parte oriental) se había desbordado, llegando a anegar la parte oeste de la ciudad. Posiblemente el río Besòs estaba mucho más cerca de la ciudad amurallada, más en concordancia con la hidrografía pre-romana.



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