Historia hidrográfica de Barcelona (I)

Barcelona es una de las ciudades turísticas por antonomasia. Turistas -ahora pocos- se amontonan para disfrutar de la cultura y el ocio que ofrece en general la ciudad, pero también para conocer, entre otras cosas, movimientos arquitectónicos como el modernismo o el curioso urbanismo rectangular que la caracteriza. Algunos de ellos, incluso -muchos- barceloneses, ignoran que la ciudad evolucionó de pequeños asentamientos hasta que los romanos pusieron aquí su semilla y fundaron la ciudad en el Monte Taber. ¿Y por qué concretamente ahí? Con esta pequeña saga de cuatro episodios vamos a dar un repaso a la historia hidrográfica de Barcelona, y a contestar esta y otras preguntas.

Línea de costa del litoral barcelonés 8.000 a.C. (fuente: La Vanguardia)

Situación geográfica

La Barcelona que actualmente conocemos se ubica en el rectángulo formado por los ríos Llobregat (suroeste) y Besòs (noreste), y la Serralada de Collserola (noroeste) y el Mar Mediterráneo (sureste). De manera resumida, podemos destacar las siguientes características: una pequeña cordillera de casi 600 metros de altura paralela a la línea de costa, que no dista más de 10 km; en medio había una extensa planicie tan solo interrumpida por pequeños, aunque numerosos, arroyos que iban surcándola como un peine. Pero no siempre fue así... 

La hidrografía del Holoceno

Hace 10.000 años, con el fin de la última era glaciar, los mares comenzaron a ganar terreno. La línea de la costa fue retrocediendo, pero con el deshielo los cursos fluviales, antes "inertes", comenzaron a aportar sedimentos. Así, la pérdida de terreno se vio compensada por los aportes de los ríos.

Los cambios morfológicos se sucedieron constantemente, con la formación de grandes extensiones deltaicas en los ríos Llobregat y Besòs, pero también con pequeñas marismas fruto de los aportes de los arroyos que nacían en Collserola. Recientes estudios, como los llevados a cabo en el marco del proyecto PaleoBarcino, afirman que ambos ríos pudieron estar separados tan solo por el promontorio de Montjuïc.

Evolución del litoral barcelonés 8.000 a.C - 2.000 a.C. (fuente: El Periódico)

El hecho de que los dos ríos casi se juntaran no es de extrañar dada la dinámica litoral del Mediterráneo en esta zona, donde el transporte de sedimentos marinos tenía -y tiene- una clara preferencia en dirección noreste-suroeste. Esto seguramente "empujó" al río Besòs hacia Montjuïc, mientras que el Llobregat, más caudaloso, siguió una evolución diferente (con un delta con clara tendencia hacia el macizo del Garraf, al suroeste).

Esto es "fácil" de comprobar usando las herramientas GIS y datos espaciales a nuestro alcance, como los del ICGC. Con el MDT de Barcelona, calculando las curvas de nivel (en color marrón) y representando la topografía por debajo de la cota 20 m (áreas coloreadas), podemos ver la existencia de un marcado cambio de pendiente. Esto podrían ser, precisamente, las formaciones deltaicas halladas. El delta del Besòs, a la derecha, está menos marcado que el del Llobregat, pero es igualmente visible. Y ambos están separados por el promontorio de Montjuïc.

Mapa de Barcelona con curvas de nivel cada 20 m y el terreno coloreado por debajo de esta cota.

Los arroyos, por su parte, evolucionaron de forma independiente, pero siempre mantuvieron "aislados" los tres promontorios situados en primera línea de costa: Montjuïc, el Monte Táber y lo que actualmente conocemos como Les Glòries. Al mismo tiempo fueron modificando la línea de la costa con sus aportes de sedimentos que, en algunos casos, pudieron quedar retenidos en lagunas interiores formadas por la erosión conjunta de los ríos y del mar.

Así se configuró la planicie de Barcelona, con una línea de costa cambiante, sujeta a los caprichos de los dos ríos que la guardaban, y con arroyos de carácter torrencial que jugaron -y juegan- un papel muy importante para el desarrollo de la ciudad que hoy conocemos.