Usos


Los usos del agua son muy diversos y van desde un gesto tan simple como echar un trago hasta la utilización de este preciado líquido para generar agua potable, pasando por la generación de energía hidroeléctrica o nuclear. Resulta evidente que los usos y cantidades que describiremos a continuación son orientativos -promedios- de una o varias regiones, y que varían considerablemente según la zona, región, país o continente que analicemos.

Para explicar los usos podemos hacer dos análisis: uno macro, basado en los sectores económicos (agricultura, ganadería, industrial, productivo, doméstico, municipal, ocio...); y uno micro, que desglosa estos sectores en los usos cotidianos que hacemos del agua o para la producción de consumibles. Pero en ninguno de ellos distinguiremos entre agua tratada o no tratada.

Análisis macro

Independientemente del país o región que analicemos, la agricultura es el mayor demandante de agua. Su demanda puede oscilar entre el 50 y el 95 % del total, pero si bien es cierto que el desarrollo de una sociedad se basa en principalmente en este sector, se debe llegar a un equilibrio analizando los recursos hídricos de la zona y analizando las demandas. Si englobamos agricultura, ganadería y pesca dentro del mismo sector económico, las dos últimas suponen un porcentaje no menospreciable del mismo (alimentar al ganado y producir hielo para la conservación del pescado son los dos grandes usos) y que varían mucho en función de las región que se estudie, por lo que no es posible dar un orden de magnitud.

Otro sector que demanda agua son las centrales de producción de energía. También es un sector muy variable, por ejemplo, Noruega es capaz de suplir sus necesidades energéticas gracias a la energía hidroeléctrica, pero ello no supone un gran porcentaje de los usos del agua de ese país. En países, como Chile, se utiliza aproximadamente el 40 % para la producción de electricidad (hidroeléctrica y refrigeración de centrales nucleares). Cabe destacar que el uso de agua para la producción de hidroelectricidad no supone un consumo como tal, ya que el agua -en su mayoría- retorna al medio, pero no sucede lo mismo en la centrales nucleares, pues el agua pasa de estar en estado líquido a estado gaseoso.

El uso doméstico, por su parte, supone un 5 - 20 % del total, y también es muy variable en función del grado de urbanización. Este porcentaje se incrementa considerablemente en regiones donde se ha producido una migración de personas desde las ciudades hacia zonas residenciales (en viviendas con jardín se puede pasar de 115 litros/hab/día de una ciudad compacta como Barcelona a 273 l/hab/día de Sant Cugat del Vallès). Por su parte, la OMS recomienda una dotación mínima de 50 l/hab/día para el correcto desarrollo de las actividades domésticas, incrementándose a 100 si añadimos los usos industriales y agrícolas.

La industria también es uno de los grandes consumidores de agua, sobretodo en regiones con un alto índice de industrialización. La implantación de factorías alimentarias supone un incremento considerable en el uso del agua, pues no solo se necesita agua para producir el alimento, sino también para prepararlo. Europa, por ejemplo, consume en promedio 10 veces más que los países del Oriente Próximo

Los habitantes de ciudades compactas demandan -cada vez más- una serie de servicios para mejorar su calidad de vida, y que requieren de gran cantidad de agua. La limpieza de calles, el riego de parques y jardines, fuentes ornamentales y edificios e equipamientos municipales son algunos de los usos que se le da al agua dentro de una población. El uso de agua municipal puede alcanzar hasta el 10 % de la demanda total.

En esta línea, los usos recreativos siguen una tendencia al alza, pues el turismo (hostelería, campos de golf...) y servicios basados en el uso del agua (balnearios, spas, aquaterapia...) son, en algunos países como el nuestro, fuente de ingresos y utopía del consumo de agua.

A modo de resumen, os mostramos unos gráficos de la FAO que ilustran las ideas que acabamos de describir:

Distribución de los usos del agua en función del nivel de riqueza (FAO)

Distribución de los usos del agua por regiones mundiales (FAO)

Para saber en qué categoría económica se encuentra vuestro país, podéis saberlo mediante este enlace.

Análisis micro

Si ponemos la lupa a los datos macro, obtenemos unos datos mucho más concretos. Si bien es cierto que resulta de gran dificultad analizar, por ejemplo, el tipo de cultivo y la necesidad de agua que requiere, sí que es posible conocer los usos en el ámbito doméstico e industrial.

Distribución del agua según cultivos (Cataluña, 2010)
La agricultura es un sector que, aparte de depender del tipo de cultivo, demanda mayor cantidad de agua en función del grado de humedad, la pluviometría, la latitud, las horas efectivas de Sol... en definitiva, depende del clima. Por ejemplo, el clima mediterráneo de la Península Ibérica, a pesar de no ser pluviométricamente estable, resulta idóneo para el cultivo por su clima temperado en invierno y la gran cantidad de horas de Sol. Es una tónica en todo el mundo, pues los cultivos herbáceos (cereales, arroz, legumbres, forrajes, remolacha, algodón, tabaco...) representan el gran demandante de agua dentro de la agricultura.
En la ganadería existe gran discrepancia a la hora de discernir cuán grande es el consumo de agua del sector, depende de la cabeza de ganado, pero todos coinciden que el gran usuario de agua es el vacuno (para 1 Kg de carne de vaca se necesitan 15.000 litros frente a los 4.000 litros por quilo de pollo).
Por otro lado, la FAO estima que para conservar 10 Kg de pescado se necesitan entre 1 y 4 Kg de hielo -dependiendo de las condiciones del pescado.

Si nos adentramos en los usos para la producción de energía, los datos no fluyen como deberían. El agua turbinada por las centrales hidroeléctricas suele ser un dato que guardan celosamente las empresas explotadoras y aunque se puede hacer una estimación teniendo en cuenta la potencia instalada y la producción o bien con las estaciones de aforo aguas arriba y aguas abajo de las centrales, este valor puede ser difícil de estimar. Por el contrario, la utilización de agua para la refrigeración de reactores térmicos y nucleares tiene un control más exhaustivo, en España, por ejemplo, se destinaron alrededor de 6.800 Hm3 en 2006 (INE), unos 215 m3/s!!!. Ambos valores siguen siendo muy variables en función de la región.

En nuestros hogares resulta mucho más sencillo determinar en qué usamos el agua, pero también es muy variable pues depende del número de personas que residen en el hogar, la situación económica, el número de electrodomésticos, etc. El agujero de la regadera de nuestro hogar es el excusado, seguido de la lavadora y la ducha-bañera, etc. Una aproximación a los usos del agua para una vivienda -sin jardín- son los representados en la gráfica siguiente:


El sector industrial utiliza el agua para multitud de tareas, desde refrigerar la maquinaria hasta preparar alimentos o como materia prima. La principal característica es que el agua que emplean puede proceder de captaciones propias o de la red de distribución. En España (2004), la industria manofacturera empleó 1.33 Hm3 de fuentes propias (76 %), mientras que el 24 % restante lo hizo de la red de abastecimiento. La industria química es, con diferencia la mayor consumidora de agua. En orden decreciente seguiría la producción de papel y artes gráficas, la industria del metal, la industria textil y en un cuarto lugar, que no menos importante, la producción de alimentos y bebidas. También la refinación de petróleo y la preparación de materias primas para la producción de energía requiere de grandes cantidades de agua (algo más de 70.000 Hm3 en 2004, datos IDE).

Es interesante saber que la industria alimentaria, en términos generales, retorna tan solo el 20 % del agua que consume, mientras que la industria química alcanza valores superiores al 85 %. Dentro de la industria se sale agua para el uso doméstico, se trata del agua embotellada. Según International Bottled Water Association, y en contra de lo que se podría pensar, países como Suiza se encuentra entre los 15 países con mayor consumo de agua embotellada con 107 litros/habitante/año (si tenemos en cuenta que Suiza tiene una población de aproximadamente 7.87 Mhab, resulta un consumo de 842.1 Hm3 al año)

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Algunos datos de interés:

En las ETAPs que emplean filtros de carbón activo que, a medida que pasa el tiempo pierden eficacia ya que pierden capacidad de adsorción. Para recuperar sus propiedades se necesita agua limpia, es decir, potabilizada para la limpieza de los mismo. Se estima que es preciso utilizar entre un 10 y un 25 % del agua producida para la limpieza de estos filtros. 

La diferencia entre ducharse y bañarse no solo supone un ahorro de tiempo, sino de agua. Durante una ducha podemos gastar entre 35 y 80 litros, mientras que con un baño la cantidad se dispara por encima de los 300 litros.

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