Recursos hídricos
El agua, como cualquier elemento que se desarrolla en nuestro planeta, es caprichosa y por lo tanto somos capaces de controlarla y gestionarla en toda su envergadura. Todos sabemos que las tres cuartas partes de la Tierra son agua, pero desafortunadamente solo es posible disponer de una cantidad ínfima (menos del 1 %) para el consumo humano, esta es la llamada agua dulce. En este apartado nos centraremos en la caracterización de la misma, pero antes deberemos saber cómo se distribuye toda ella.
Antes de entrar a valorar, debemos conocer qué se entiende por recurso. Según la
RAE un recurso es, entre otras, el conjunto de elementos disponibles para resolver una necesidad o llevar a cabo una empresa. Entonces los recursos hídricos es aquella cantidad de agua disponible para dar solución a una necesidad, en este caso, el abastecimiento para los diferentes estamentos económicos (agrícola, industrial-servicios y abastecimiento humano). No debemos olvidar que no todos los recursos hídricos tienen una función económica, sino que existen una serie de condicionantes ambientales que impiden, lógicamente, que se utilice toda el agua disponible.
Distribución de los recursos hídricos
No hay mejor manera para mostrar cómo se distribuyen los recursos hídricos que unos gráficos. A continuación se desglosa mediante 3 gráficos la disponibilidad de agua dulce.
El desglose que hemos seguido se encamina a mostrar los recursos hídricos más fácilmente explotables. Es evidente que en las últimas décadas se han hecho grandes avances en la potabilización de aguas salobres, incluso aguas heladas de glaciares... El consumo y demanda de aguas subterráneas depende de la riqueza y calidad de las aguas en una región.
Tradicionalmente se han explotado los recursos superficiales, ya que por su accesibilidad han permitido no solo abastecer a la población, sino irrigar los campos de manera rápida y en cantidad, así como dotar de una fuente de energía a las industrias (los molinos hidráulicos) y posteriormente a la población (mediante presas o saltos hidráulicos).
Antoine-Laurent de Lavoisie (1743-1794), químico y biólogo francés pronunció la famosa frase de la energía ni se crea ni se destruye, se transforma. El agua, como todo lo que nos rodea, es energía y por consiguiente, ni se crea ni se destruye, se transforma siguiendo lo que se conoce como ciclo del agua. Resulta interesante saber que los recursos hídricos están íntimamente ligados entre sí. No se puede concebir un río sin la presencia de agua de lluvia o de nieve en las montañas, ni un acuífero sin un río o viceversa.
Uso de los recursos hídricos
La demanda de agua está íntimamente ligada al crecimiento de la población humana y, por consiguiente, a sus actividades. Si bien es cierto que el gran consumidor de agua ha sido, sigue siendo y -posiblemente- será la agricultura (con más del 70 %), pero en la actualidad otro tipo de actividades están demandando mayor cantidad de agua.
Distribución de los recursos hídricos en Cataluña (Fuente: ACA, 2008) |
Las presiones a las que pueden verse sometidos los recursos hírdicos de una región son función de las demandas, pero se pueden darse algunos factores comunes: abastecimiento humano, agricultura y ganadería, industria, servicios municipales y/o recreo, caudales ecológicos o de mantenimiento, etc.
Nuevos recursos hídricos
En la actualidad las fuentes convencionales de suministro de agua han visto sobrepasadas su capacidad de "producción" de agua, ya sea potable o no. Es por ello que se han buscado nuevas fuentes, como es la ósmosis inversa que permite desalar el agua salobre o la reutilización, que no es una nueva fuente, pero sí permite emplear en otras actividades agua ya utilizada y reducir, si cabe, la presión sobre los sistemas hídricos.
Otros sistemas más novedosos y aún por explotar a gran escala son la captación directa de agua de lluvia -para usos domésticos como el llenado de cisternas- o la captación indirecta de agua procedente de las nubes- que se está comercializando en Canarias.
No hay comentarios