¡¿Qué voy a hacer con mi chiringuito?!


Si yo tuviese un establecimiento gastronómico en la Manga del Mar Menor, me tendría que hacer esa pregunta. Y cómo no, iría a ver a mi amigo el edil para que me ayudase -posiblemente sobre en mano- para que terciase a mi favor y que la gente que va a veranear a la costa murciana tuviese que pasar - o - por mi local. No os asustéis querid@s lector@s, no hemos cambiado de temática en el blog, a continuación os ponemos en antecedentes.

El Mar Menor es una pequeña laguna litoral situada al sureste de Murcia. Está encerrada por una estrecha barra que le confiere unas particulares propiedades como ecosistema. Sería como si la Punta de la Banya del Delta del Ebro se cerrase hasta la costa, encerrando una pequeña porción de mar y confiriéndole propiedades específicas a ese ecosistema.

 
Una de las características de este lugar es el elevado tiempo de permanencia del agua en la laguna, es decir, el tiempo que tarda una gota desde que entra en la laguna hasta que sale de ella. Este aspecto puede ser beneficioso para unas cosas (difícil alteración de sus propiedades) y malo para otras (episodios de contaminación).

Es precisamente problemas de contaminación los que acarrea esta laguna desde hace casi dos décadas. Lo que comenzó siendo un pequeño problema por vertidos incontrolados (agrícolas, urbanos e industriales), ahora se ha convertido en una catástrofe medioambiental. 


Como apuntan algunos investigadores, las fuentes de contaminación son muy diversas. Problemas de vertidos no controlados, sobreexplotación de los recursos hídricos, baja eficiencia de las estaciones depuradoras, utilización de aguas desaladas y el posterior vertido de los residuos al medio (salmuera), etc. De manera que no se puede achacar esta situación a una sola causa, por lo que la solución tampoco pasa por mitigar una de ellas, sino que sería necesario un plan integral de gestión.

La sobreexplotación comercial de la laguna, con una infinidad de establecimientos turísticos, también causante de graves problemas, puede ser la más perjudicada este verano si no se toman las medidas correctoras pertinentes. Pero el problema está en que no tiene fácil solución, ni tampoco será rápida (cosa que quieren no solo los comerciantes sino también los políticos). ¿Podría tratarse del final del turismo en el Mar Menor?

En este sentido, me ha parecido muy curioso el evento de proliferación de medusas de hace un año. Mientras unos alegaban que podría causar la catástrofe económica de toda la Región de Murcia, otros con más sentido común argumentaban que las medusas no son el problema, sino parte de la solución. Estos cnidarios actúan como filtro, eliminando materia orgánica presente en el agua y reduciendo considerablemente la cantidad de algas (consecuencia de la gran cantidad de nutrientes).
 
Verde que te quiero verde (fuente: Diario de La Manga)

Aunque parece que la voluntad política se está aclarando en favor de preservar este espectacular paraje, siguen dando tumbos -como si la mar estuviese agitada allí- porque prima más la cuestión económica que la medioambiental. La pregunta que hay que hacerse es: ¿quién va a venir a mi chiringuito si la playa es de color verde?



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Aquí os dejo algunas de las fuentes consultadas:



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