El ocultismo del agua


Tranquil@s, no ha cambiado la temática del blog. Tampoco hay referencia alguna a programas de esoterismo, ni la falta de posts -por trabajo- ha oxidado las preferencias en la escritura. Pero lo cierto es que a la humanidad siempre le ha fascinado, hasta hace bien poco, cómo el agua surgía de las entrañas de la Tierra, incluso en zonas donde la pluviometría es bien escasa... Conocer su existencia ha llevado al desarrollo de un pseudociencia, la hidroscopia.

Nacimiento del río Arlanza

¿Qué es la hidroscopia?

Según la RAE, la hidroscopia o hidroscopía es el arte de averiguar la existencia y condiciones de las aguas ocultas. Para ello se debe explorar el territorio, la configuración orográfica y la existencia de patrones que indiquen la presencia de agua.

Pero, si el agua es inodora, insípida e incolora, ¿a qué tipo de aguas nos referimos y cómo sabemos que están ahí? Está claro que, en primera instancia, se trata de aguas subterráneas -aunque hay otros tipos-. A no ser que el agua aflore tal que así...



...es casi imposible saber dónde está, ¿cierto?

El trabajo del hidróscopo

Aquí entra el trabajo del hidróscopo, cuya principal actividad es ir a campo -algo que últimamente escasea- e inspeccionarlo detalladamente para buscar evidencias que indiquen la presencia de agua. Por ejemplo, una vaguada con presencia de vegetación -sin agua superficial a la vista- podría indicar la existencia de agua subsuperficial y, por ende, de agua subterránea. Por otro lado, la presencia de un río no implica directamente la existencia de agua subterránea a poca profundidad -de esto hablaremos en otro post-. Sin embargo, si existen surgencias de agua a poca distancia y a mayor altitud (como se muestra en la figura siguiente), se puede afirmar que se trata de un río efluente. Es decir, que recibe aguas subterráneas y, por tanto, que en la zona norte existen "aguas ocultas". Vamos, un acuífero.
 
Esquema del funcionamiento hidrogeológico de un tramo del valle del Tera

Se podría decir que una de sus múltiples variantes es el conocido como método zahorí, donde se emplea la radiestesia para ubicar zonas con presencia de aguas subterráneas -esto también da para otro post-. Si bien no existen evidencias científicas, es posible que las personas que se dedican a este campo empleen técnicas de la hidroscopia. Es decir, la mera observación de lo que les rodea para ubicar fuentes de agua.

Litografía de la aplicación de la radiestesia (fuente: https://educalingo.com)

¿Cómo medimos las condiciones del agua?

Esta pregunta hace referencia a la segunda parte de la definición, en concreto a cómo averiguar las condiciones de esas aguas ocultas. No debemos confundirlo con el término "hidroscopio", que es un bocablo empleado en algunas partes del mundo, como México. Tampoco con "hidrómetro", que es el instrumento para medir caudal.
 
Sin embargo, resulta difícil escoger una única respuesta, pues las condiciones del agua son siempre cambiantes. Teniendo presente el contexto, y según la propia definición, podemos asumir que se refiere a la disponibilidad de aguas ocultas. Es decir, a la cantidad de agua evaluada de forma cualitativa. De este modo, si mediante hidroscopia nos indican que existe una fuente de agua oculta y que sus condiciones son buenas, podemos asumir que hay aguas subterráneas en cantidad suficiente para ser explotadas sin comprometer los recursos hídricos del lugar.

En cualquier caso, en la actualidad sería conveniente emplear técnicas más modernas, basadas en evidencias científicas, que permiten determinar tanto la presencia de aguas ocultas, como evaluar su cantidad. Aquí la hidrogeología juega un papel muy importante.

No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.