Entre tres aguas


Los días de lluvia pueden tener asociados eventos muy destructivos (p ej. en forma de riadas, como ha pasado últimamente), pero no todos, ni su gran mayoría, son así. Normalmente llueve y no pasa nada. ¿No pasa nada? Todo lo contrario... para comenzar gran parte del agua precipitada se infiltra y va a parar a los acuíferos (que se recargan); otra es absorbida por las plantas y la transforman para seguir viviendo (proceso llamado transpiración); limpia el ambiente, sobre todo en las grandes ciudades; y tan solo una pequeña parte llega directamente a nuestros ríos.

Río Llobregat después de un episodio de lluvias moderadas (Pont del Diable, Martorell)

El "chocolate" que veis en la imagen superior es algo muy normal en los ríos después llover (además de ser normal, es natural.). En algunos ríos, el proceso de transporte de sedimentos puede durar días (o ser continuo como pasa normalmente en la cuenca baja del río Llobregat), y si no encuentra impedimento, continuar viajando y llegar hasta el mar.

Durante su viaje, la cantidad de sedimentos puede ir en aumento o en decremento en función de las condiciones geomorfológicas del río y de sus afluentes, las características hidráulicas del río y la aportación externa de fuentes de sedimentos o de agua clara.

Entre dos aguas

Como acabamos de decir, este "chocolate" suele ser habitual después de eventos de precipitación y llegar al mar con pequeñas alteraciones. Empleando como ejemplo el río Llobregat, esto es lo que se puede ver normalmente en su desembocadura: una pluma de sedimentos entrando en el mar.

Desembocadura del río Llobregat (fuente: CCMA)

Esta pluma variará de tamaño en cada evento de precipitación. Normalmente, a mayor cantidad de lluvia (mm totales) y/o mayor intensidad (mm/h puntuales), mayor será esta pluma (pero también depende del estado de la mar). Y como el agua del mar es más densa que el agua dulce, esta pluma queda bastante bien definida, siendo visible desde cielo, pero también desde pie de playa.


Entre tres aguas

El proceso que acabamos describir suele ser de lo más habitual, pero ello no quita que sucedan cosas diferentes y singulares. Al otro lado de la ciudad de Barcelona "muere" otro río, el Besòs. Éste es un curso fluvial más torrencial, pero con caudal durante todo el año, y como su hermano mayor (el Llobregat) ha sido  -y sigue siendo- un río muy explotado. La presión urbanística ha acabado convirtiéndolo, en su tramo final, casi en un canal.

Los últimos esfuerzos para re-naturalizar el río, mediante la construcción depuradoras y de un parque fluvial que permite la conexión entre las ciudades colindantes y el río, están dando sus frutos. Sin embargo, todavía existen infraestructuras que modifican su comportamiento, como es el caso de la central térmica ubicada a escasos metros de la desembocadura y que toma agua del mar como elemento refrigerador.

Más allá de los impactos positivos y negativos, queremos centrarnos en un fenómeno concreto y es que normalmente el Besòs baja claro, o al menos bastante transparente. Bajo esta situación, tan solo se puede observar la mezcla de dos aguas claras: la del río y la de la central. Pero cuando el Besòs baja "bravo" y cargado de sedimentos...


El agua "achocolatada", dulce y fría del río Besòs se ve empujada por el agua clara, salada y más caliente proveniente de la central térmica. De estos tres factores, el hecho de ser agua salada hace que el agua de la central "se esconda" bajo las aguas del río, definiendo una línea casi perfecta entre ambas masas de agua durante unos 300 metros, cuando el río entra definitivamente en el mar.


A este proceso dual de mezcla se le suma el empuje del mar que, aunque es agua salada también, tiene una temperatura diferente. De modo que se produce un proceso triple de mezcla. En apenas unos metros las propiedades físico-químicas del agua cambian considerablemente. Pero como hemos comentado, al proceso de re-naturalización del que está disfrutando el río se le suma la implantación de un emisario submarino para el nuevo grupo de la central térmica. Así que puede que en unos años estas imágenes queden atrás, pero no en el olvido.



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Aunque todo este proceso de mezcla es completamente tridimensional, os queremos mostrar como un vídeo de una simulación numérica realizada con un modelo bidimensional y cómo éste es capaz de capturar adecuadamente este fenómeno de mezcla.




Remarcamos que para realizar modelos como este, tanto bi- como tridimensionales, es necesario disponer de información de campo para calibrar el modelo. Tan solo una vez calibrado, es posible realizar simulaciones con garantías.

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