Los macrófitos, ese gran (des)conocido


Con este post queremos sumergirnos -todavía más si cabe- en el mundo de la vegetación fluvial que, como vimos en este otro post, tiene mucha influencia en la hidrodinámica de los ríos. Ahora vamos a centrarnos en aspectos biológicos, y a preguntarnos por qué hay vegetación en los ríos y, concretamente, cómo se han desarrollado tanto especies como los macrófitos.

Vegetación fluvial, donde los macrófitos se encuentran en la superficie del agua (río Ebro, Cataluña)

Los macrófitos, ¿qué son y para qué sirven?

Los macrófitos son un tipo de vegetación acuática que puede disponerse, en ríos (y lagos), de manera sumergida o semisumergida en función de las condiciones del flujo (también puede desarrollarse como vegetación flotante). Son plantas de estructura vascular, formada por tallos alargados, que enraízan en el lecho a diferente profundidad en función de la especie, estadio de desarrollo, tipo de sustrato y condiciones del flujo (régimen de velocidades y calados). Su forma le confiere características típicas de vegetación flexible.

Flora acuática (fuente: Cirujano et al., 2011)

Como se puede ver en la imagen superior, los macrófitos no son algas. Sin embargo su aspecto hace que, a ojos profanos, sean confundidos con otro tipo de plantas acuáticas.

Además de la utilidad biológica que tienen para el medio en el que se desarrollan (captación de nutrientes, refugio para peces, etc,), los macrófitos se consideran un buen indicador de las condiciones físico-químicas e hidromorfológicas de las masas de agua a medio y largo plazo. 

¿Dónde los podemos encontrar?

En casi todos los ríos, lagos y embalses. Actualmente el nivel de colonización de los macrófitos en masas de agua es muy amplio (en extensión) y variado (en tipo de especies). Prácticamente todos los grandes ríos, sobre todo los regulados y con una gran presión agrícola, tienen este tipo de flora acuática en su cauce.

Tramo del río Tera (Zamora) aguas abajo de un embalse.

¿Por qué se desarrollan?

Su crecimiento está asociado, como el todas las plantas, a la cantidad de nutrientes disponibles y a la radiación solar. Pero, ¿qué hace que actualmente estas especies haya proliferado tanto? No hay una respuesta concreta a esta pregunta, pero en resumen podemos enumerar algunas de las causas:

  • Una alta regulación hidrológica. La eliminación del régimen de caudales naturales, con sus crecidas y estiajes, ha provocado la homogenización del caudal fluyente, lo que -parece- que le encanta a los macrófitos.
  • La interrupción de la dinámica sedimentaria. Los embalses son una barrera para la continuidad longitudinal de los ríos. Una de las consecuencias es que ya no se produce transporte de sedimentos en ríos muy regulados, y esto provoca la clarificación de las aguas y, por ende, una mayor incisión de la radiación solar.
  • Generalización de la agricultura extensiva. La utilización de abonos está provocando la entrada de grandes cantidades de nutrientes inorgánicos (como el fósforo y el nitrógeno) a las masas de agua (primero a los acuíferos y luego a las masas de aguas superficiales).

Río Ebro alimentando el remonte de las aguas de la salida de la CH de Flix (Cataluña).

Como hemos indicado al principio, los macrófitos son un buen indicador para conocer la situación hidrobiológica y hidromorfológica de masas de agua a largo plazo. De modo que sus efectos se pueden reflejar años después, como está siendo la proliferación masiva de macrófitos en ríos.

¿Qué efecto tienen sobre el ecosistema?

La presencia de macrófitos en las masas de agua se da de manera natural, y esto no suele tener consecuencias negativas sobre el medio ya que es el propio sistema el que se auto-regula. El problema se produce cuando un agente externo (p. ej. efecto antrópico) modifica ese delicado equilibrio.

Las consecuencias de un masivo desarrollo de macrófitos en masas de agua, concretamente en ríos, suelen ocasionar:

  • Un desequilibrio en la estructura trófica ya que comprometen y/o alteran el crecimiento de otras especies
  • La aparición de plagas, como la mosca negra
  • Una alteración en la actividad económica dependiente del agua y sus usos productivos. Puede dejar inoperativos sistemas de riego, infraestructuras hidráulicas (captaciones, azudes, centrales eléctricas, etc.), zonas de navegación, etc.
  • La modificación del régimen hidráulico del tramo de río donde enraízan. En general, provocan el incremento del calado, la reducción de la velocidad, el incremento de procesos de sedimentación de partículas en suspensión, entre otros. Esto tiene consecuencias negativas en cuanto a la peligrosidad y el riesgo por inundación, provocando el desbordamiento para caudales inferiores debido a una disminución de la capacidad de desagüe.

¿Cómo paliar sus efectos?

Resulta muy difícil dar una solución concreta. Como hemos indicado, no hay una única razón por la que se estén desarrollando los macrófitos en grandes cantidades, así que las medidas para minimizar sus efectos negativos tienen que ir asociadas a sus múltiples causas:

  • Intentar devolver el régimen hidrológico natural del río. Esto se suele hacer mediante avenidas controladas. Digo intentar porque en ríos que sufren grandes presiones (abastecimiento, regadío, riesgo de inundación, etc.) resulta muy complicado. Además de disponer de embalses para realizar la "suelta" de caudales naturalizados, es necesario que tengan capacidad volumétrica suficiente (hablamos de decenas de hectómetros cúbicos por avenida) y capacidad de recuperación elevada para minimizar la "pérdida de caudal".
  • Reducir la cantidad de nutrientes. Resulta sencillo de decir, pero no de hacer. Para ello primero se debería conocer la cantidad de nutrientes que son capaces de utilizar los macrófitos y saber si la cantidad que hay en las masas de agua es muy superior. En ese caso, se debería hacer un cambio profundo en la gestión de las grandes extensiones agrícolas, centrándose en qué tipos de nutrientes utilizan y cómo estos acaban llegando a las masas de agua. Finalmente diseñar estrategias que, sin reducir la producción agrícola, permitan reducir significativamente el aporte de nutrientes al medio.

Pero para poder paliar los efectos negativos de los macrófitos, lo primero que se debe hacer es conocer en profundidad su estructura, las condiciones donde se desarrollan, su comportamiento hidráulico y sus consecuencias en la hidrodinámica. Ello requiere de estudios ad hoc de carácter multidisciplinario, donde biología, química, geomorfología, hidrología e hidráulica trabajen de manera acoplada para profundizar en el estado del conocimiento de este tipo de vegetación acuática.

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