El río de la venganza


Podría ser el taquillazo de este verano, "El río de la venganza" la quinta entrega de Indiana Jones protagonizada por -el incansable- Harrison Ford. Por fortuna este no es un blog de cine, y todavía queda para que esta "esperada" entrega llegue a las pantallas. Sin embargo, este -triste- título está basado en algo muy real, y a lo que estamos más expuestos de lo que pensábamos...

Los flotantes se retienen en las orillas y en los embalses.

El río Tula (México) recibe popularmente el nombre del "río de la venganza" por el irónico recorrido que hacen sus aguas. Como -casi- todos los ríos del mundo, éste nace en las montañas con una aguas cristalinas y que fluyen permitiendo la vida en las regiones que baña.

Como también sucede en -casi- todos los ríos del mundo, la presión humana provoca que el río se vaya contaminando a medida que avanza en su recorrido. En función de la legislación de cada país, de su cumplimiento y de la conciencia de sus habitantes, el grado de contaminación puede ser "aceptable" o muy reducido, incluso llegar integrar el cauce como parque fluvial en zonas cuya trama urbana ha acaparado lo que del río siempre fue.

Vertidos incontrolados -y controlados- son el día a día de muchos ríos.

Sin embargo, una mala gestión convierte los ríos en alcantarillas a cielo abierto. Esto es precisamente lo que sucede en el río Tula, pues recibe los vertidos de las zonas industriales y urbanas de grandes urbes, como es el caso de el área metropolitana de la Ciudad de México. Estas aguas residuales no son adecuadamente tratadas, por lo que continúan su camino hacia aguas abajo.

Estas aguas contaminadas se emplean -por falta de otro recurso- para irrigar las zonas agrícolas en las que se cultivan, paradójicamente, los alimentos que se consumen aguas arriba, en la Ciudad de México (entre otras). Así pues, la contaminación que viaja por el río regresa a su punto de origen en forma de frutas y hortalizas.

Está prohibido cultivar tubérculos en la zona por la alta contaminación

¿Irónico verdad? Pues todavía hay más... La guinda del pastel está en que una correcta gestión de los residuos, sobre todo de los urbanos, podría reducir la producción agrícola por falta de nutrientes (que ahora lleva el río principalmente en forma de heces). Al menos es lo que justifican los agricultores, que esa falta de nutrientes impediría alcanzar las cuotas que hoy día se consiguen con este "agua". De todos modos sigue habiendo casos de contaminación por componentes "no tan beneficiosas "(no-orgánicas), que pueden arruinar cosechas, y que esperemos no acaben como el río Cuyahoga (USA).

La solución -como casi siempre- pasa por una correcta gestión. Conocer el ciclo del agua en la región y adaptase -no adaptarlo- a las necesidades del río para ser lo que siempre debió ser, un corredor de vida. Un ejemplo de ello es el cambio radical que sufrió uno de los ríos más contaminados de la Península, el Besòs (del que hablaremos en otro post) y que cambió la vida de much@s barcelones@s.

Un río Tula bonito y limpio es posible.

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