Pozas
Ahora que estamos en verano, somos muchos los que salimos "huyendo" de nuestra localidad de residencia para paliar, o al menos minimizar, el calor sofocante de sus calles. A quiénes no somos muy aficionados de la playa, tenemos la montaña. Allí normalmente encontramos ríos y embalses para refrescarnos gracias a sus aguas. Es precisamente en los ríos donde encontramos, de manera natural, pequeños "embalses" que permiten disfrutar del apreciado líquido en un entorno natural sin igual.
Toll de l'Olla, conjunto formado por una gran poza y una cascada. |
Se trata de las pozas, una formación hidrogeológica que se caracteriza por ubicarse en cauces fluviales donde la profundidad del lecho es superior favoreciendo calados mayores y velocidades menores. Estas peculiaridades proporcionan una propiedades muy específicas para la vida y, como no, para refrescar a los urbanitas...
Proliferación de macrófitos (arriba) y existencia de vida animal (abajo). |
Suelen situarse en lugares donde hay cambios geológicos importantes, es decir, donde se alternan estratos de rocas duras y rocas blandas. La acción erosiva del agua provoca la movilización de sedimentos, creando una pequeña diferencia entre aguas arriba y aguas abajo que, al cabo del tiempo, se va incrementando generando en muchas ocasiones un salto de agua o una cascada. Este salto retroalimenta la incisión de la poza, cuyo tamaño depende en gran medida de la condiciones hidromorfológicas del cauce (caudal y material del lecho).
Salto de los Órganos. |
La diferencia de cotas entre el tramo previo a la poza y la propia poza puede suponer una barrera física que puede tener como consecuencia la pérdida de continuidad longitudinal del río para muchas especies, en especial peces. Sin embargo, esto puede favorecer a la persistencia o el desarrollo de especies endémicas.
Río Borosa. |
Por fortuna en nuestra geografía tenemos numerosas pozas o "piscinas naturales", aunque algunas han sido adaptadas para una mayor comodidad y disfrute del usuario. No todas son ni tan espectaculares ni tan dulces... también tenemos pozas creadas por la acción erosiva del mar, por lo que si os encontráis cerca de una de ella, ¡no dejéis de visitarla!
(tampoco las que están perdidas en la montaña...)
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