De ayer a hoy (I): agua y país
Hoy día se habla mucho de las relaciones entre agua y energía, agua y sociedad, agua y economía... Todo ello no es producto de la casualidad ya que, desde mi humilde punto de vista, son muchos los intereses -sobre todo económicos- que quieren desviar la atención de lo realmente preocupante, y es lo que popularmente se ha denominado la "Guerra del Agua". Si bien es cierto que algunas de estas líneas "están orientadas" a evitar, o como mínimo, paliar su fomento y/o consecuencias, es necesario realizar una revisión crítica de la procedencia e intereses finales de cada una de ellas.
Para evitar esta problemática, resulta completamente necesario realizar runa correcta gestión de los recursos hídricos, es decir, hacer una planificación tal que permita la obtención y distribución adecuada del agua para mantener, de manera sostenible, todo el sistema.
Con el fin de explicar cuál ha sido la planificación a nivel estatal de los recursos hídricos, comenzamos esta nueva saga. En ella realizaremos un análisis histórico de la problemática centrándonos en el s. XX, donde se redactaron y ejecutaron -aunque no al completo- los primeros planes de gestión de cuencas.
Canal de Castilla, 1753-1849 (fuente: www.turismocastillayleon.com) |
Con el fin de explicar cuál ha sido la planificación a nivel estatal de los recursos hídricos, comenzamos esta nueva saga. En ella realizaremos un análisis histórico de la problemática centrándonos en el s. XX, donde se redactaron y ejecutaron -aunque no al completo- los primeros planes de gestión de cuencas.
Contexto territorial
España es un país de contrastes topográficos, meteorológicos y demográficos. Sus costas, bañadas por el océano Atlántico y por el mar Mediterráneo, le confieren grandes ventajas: antiguamente para la agricultura; y más recientemente para el turismo. Por otro lado, sus cordilleras le dan majestuosidad e impidieron durante muchos siglos la entrada, o salida, de invasores. Finalmente, en el centro una gran extensión, la Meseta, una elevación del terreno que ha ido descarnándose a lo largo de los siglos debido a las inclemencias del tiempo. La Península Ibérica se halla en una zona de transición de dos grandes climas, con la peculiaridad de tener, también, un clima continental.
Esto ha ocasionado que la vertiente mediterránea haya sido, históricamente, la más productiva en términos agrícolas (pensad que nos encontramos en s. XX). Pero debemos tener presente la alta variabilidad climática que proporciona el Mare Nostrum (lluvias escasas, de gran intensidad y mal distribuidas espacial y temporalmente), de manera que aún siendo la más productiva, también resultaba la región con mayor propensión a la desvatación agraria por agentes climáticos extremos (sequía, inundaciones, granizo, etc.).
El trasfondo de esta mención era resaltar que la mejora de la economía debía pasar por una transformación en las comunicaciones. Ello desembocó en la redacción, por parte de Antonio de Ulloa y Carlos Lemaur en 1753, del "Proyecto General de Canales de Navegación y Riegos para los Reinos de Castilla y León" que, todo y centrarse en la cuenca del Duero, afectaba también a los ríos Ebro, Guadalquivir y Tajo. En este plan se incluían una serie de obras hidráulicas que, con más o menos inconvenientes y demoras, fueron realizadas:
No todo fue fácil. Hubo muchos proyectos que, después de muchos intentos y años de inversión, se abandonaron por dificultad constructiva o falta de fondos.
Entre estas obras no destacaron grandes pantanos en los cuales se podría almacenar el agua en épocas de bonanza para tener en periodos de sequía. No fue hasta finales del siglo XVIII cuando se cambió de rumbo para encarar los problemas del regadío y, en menor medida, del abastecimiento de aguas creando “grandes” embalses (Puentes 52 hm3, río Guadalentín), dejando como minucias otros ya construidos (Tibi 3,7 hm3).
Pocos éxitos y grandes fracasos en los albores de la planificación hídrica, y que indican que las primeras obras hidráulicas se llevaron a cabo con una baja preparación y conocimiento de los condicionantes externos, pero con gran visión de futuro y una innegable preocupación por la falta de agua. Se había plantado la semilla, una semilla que tardaría casi dos siglos en brotar.
Cultivo de cítricos en la vertiente mediterránea (fuente: www.lasprovincias.es) |
Esto ha ocasionado que la vertiente mediterránea haya sido, históricamente, la más productiva en términos agrícolas (pensad que nos encontramos en s. XX). Pero debemos tener presente la alta variabilidad climática que proporciona el Mare Nostrum (lluvias escasas, de gran intensidad y mal distribuidas espacial y temporalmente), de manera que aún siendo la más productiva, también resultaba la región con mayor propensión a la desvatación agraria por agentes climáticos extremos (sequía, inundaciones, granizo, etc.).
Contexto histórico
A principios del s. XVIII España estaba sumida en una grabe crisis. Después de perder el poder sobre el comercio con las indias, el declive del comercio mediterráneo y sucesivas guerras, la monarquía debía revitalizar la economía y devolver el lugar que le correspondía a España en el concierto internacional. El principal objetivo era vertebrar el territorio, con carreteras y canales y ríos navegables. Una célebre cita del Marqués de Ensenada dirigida al monarca Fernando VII en 1751, y que aún hoy se puede aplicar, demuestra la situación de la época:“No hay en Europa terreno más seco que el de España, y por consecuencia están expuestos sus naturales a padecer hambres por sus malas cosechas, ni tampoco Reino en que menos se haya ejercitado el arte para ocurrir a la precisión de socorrer unas provincias a otras, evitando la extracción de dinero en dominios extraños, pues no se ha procurado que sus ríos sean navegables en lo posible, que haya canales para regar y transportar, y que sus caminos sean cual pueden y deben ser. Conozco que para hacer los ríos navegables y caminos son menester muchos años y muchos tesoros; pero, Señor, lo que no se comienza no se acaba, y si el gran Luís XIV prescribió reglas y ordenanzas, que siguió y se siguen con tan feliz suceso, ¿por qué no se podrán adoptar y practicar en España siendo V.M. su Rey?”
El trasfondo de esta mención era resaltar que la mejora de la economía debía pasar por una transformación en las comunicaciones. Ello desembocó en la redacción, por parte de Antonio de Ulloa y Carlos Lemaur en 1753, del "Proyecto General de Canales de Navegación y Riegos para los Reinos de Castilla y León" que, todo y centrarse en la cuenca del Duero, afectaba también a los ríos Ebro, Guadalquivir y Tajo. En este plan se incluían una serie de obras hidráulicas que, con más o menos inconvenientes y demoras, fueron realizadas:
- Canal de Castilla (1753-1849).
- Canal de Campos (ramal del canal de Castilla).
- Continuación del Canal Imperial de Aragón (finales del s. XVIII)
- Canal de Tauste (actuaciones de reparación y mejora).
- Rehabilitación del Gran Canal de Prior (cuenca del Guadiana).
No todo fue fácil. Hubo muchos proyectos que, después de muchos intentos y años de inversión, se abandonaron por dificultad constructiva o falta de fondos.
Entre estas obras no destacaron grandes pantanos en los cuales se podría almacenar el agua en épocas de bonanza para tener en periodos de sequía. No fue hasta finales del siglo XVIII cuando se cambió de rumbo para encarar los problemas del regadío y, en menor medida, del abastecimiento de aguas creando “grandes” embalses (Puentes 52 hm3, río Guadalentín), dejando como minucias otros ya construidos (Tibi 3,7 hm3).
Pocos éxitos y grandes fracasos en los albores de la planificación hídrica, y que indican que las primeras obras hidráulicas se llevaron a cabo con una baja preparación y conocimiento de los condicionantes externos, pero con gran visión de futuro y una innegable preocupación por la falta de agua. Se había plantado la semilla, una semilla que tardaría casi dos siglos en brotar.
Embalse de Tibi, s. XV (fuente: ABC) |
***
La temática sobre la Guerra del Agua puede resultar un tema escabroso -las verdades como puños duelen-, y por el momento no tenemos la suficiente información para poder dar nuestra opinión. Tampoco queremos ensuciarnos las manos -más que nada porque luego nos las tenemos que lavar con agua-, pero si tenéis interés en el tema aquí os dejo otro blog que explica muy bien la problemática actual poniendo especial énfasis en cuestiones económicas del servicio del agua en nuestro país (no se encuentra actualizado).
¿Será una bomba de H2O? (fuente: www.contrainfo.com) |
Deja un comentario